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Aragua

A los adolescentes les llega poca información

Por Glenn Requena

Eran demasiadas adolescentes embarazadas en el liceo. A lo largo de ese 2013, fueron nueve en total: dos en 2do año, cuatro en 5to año, tres en 3ero. Elena*, docente y orientadora de ese liceo público ubicado en el sur de Maracay, estado Aragua, se preocupó. Y más aún cuando, interesada en escuchar a las adolescentes, algunas le dijeron que para ellas salir en estado era una manera de rebelarse contra sus familias.

Alarmada, sintió que tenía que hacer algo. Después de mucho pensar, se le ocurrió organizar unas jornadas educativas sobre educación sexual. Primero, para sus colegas, con la intención de ganarse la confianza de ellos, y así poder llevar el mensaje de cambio a las y los adolescentes. Y no conforme con eso, gestionó charlas motivacionales, que el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Cmdnna) les brindó. 

En el proceso, la profesora Elena conoció a Luisa*, una estudiante de 3er año que vivía en un refugio, porque una quebrada se había desbordado llevándose su casa. Desde que ocurrió esa tragedia, sus notas empeoraron. Se mostraba irascible y todo el tiempo andaba retraída, por lo que decidió hacerle seguimiento para conocer lo que le sucedía. Así supo, tiempo después, que estaba siendo abusada en casa. Y pudo ayudarla. La adolescente recibió acompañamiento psicológico durante un tiempo.

Historias como la de Luisa* podrían evitarse si se trabajara en la prevención del abuso. En la ciudad de Maracay, capital del estado, son pocas las acciones que las autoridades municipales llevan a cabo: la cámara municipal de Girardot reconoce que la prevención contra el abuso sexual se ha estado abordando tardíamente, cuando niños, niñas y adolescentes ya se han convertido en víctimas. Por ello, antes de que finalizara el año escolar 2023-2024, esta institución comenzó a llevar a cabo talleres en algunos centros educativos sobre la hipersexualización. Así, llegaron a 200 niños, niñas y adolescentes. Estas jornadas, sin embargo, se vieron interrumpidas por la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales de julio de 2024. Normedi Pariata, presidenta del Concejo Municipal, espera retomarlas para el nuevo año escolar.

Tabú

Los docentes consultados para este trabajo se sienten inseguros al abordar temas relacionados a la educación sexual en sus aulas. No han recibido formación acerca de cómo hablar de sexualidad ni de cómo prevenir el abuso y, en consecuencia, muchos sienten que los padres y representantes pueden molestarse si imparten clases sobre esta materia. 

Es lo que le sucede, por ejemplo, a Alexander Rojas, docente de 6to grado en un plantel ubicado en Maracay: dice que los padres son susceptibles y que prefiere enfocarse en otros contenidos. Otra docente, Ingrid Velásquez, ha pensado en incluir el tema en su planificación, pero no se ha atrevido porque teme que se susciten quejas entre los padres. La maestra cree que los representantes podrían malinterpretar lo que se imparte en clases, aunque no se cierra en despejar las dudas de sus estudiantes en clases. “Es un tema delicado. Muy pocas veces hablo del abuso sexual en clases, porque hay padres que pueden quejarse. Entonces, es mejor explicar otros temas para evitar inconvenientes”, explica.

Sin embargo, padres y representantes consultados para este trabajo periodístico coinciden que no tienen inconvenientes al conocer que sus hijos reciben información de la prevención del abuso sexual. 

“No creo que sea algo que solo deba hablarse en casa. Está bien que los maestros puedan orientar acerca de la sexualidad. Es una tarea de todo el entorno de nuestros hijos y la escuela juega un papel clave”, dice Eliana Torrealba, madre de una niña de 12 años de edad. 

En ese mismo sentido, Félix Torres, psicólogo clínico, sostiene que es necesario que los padres y representantes orienten a sus hijos en el respeto hacia su cuerpo, mientras que a los adolescentes pueden enseñarles de que existen personas que pueden hacerles daños. Y también resalta la importancia de que el colegio se involucre en esa tarde. 

“Esto va a permitir que los niños y adolescentes puedan expresar aquellas situaciones que tal vez le causen incomodidad, como cuando un adulto insiste en quedarse solo con un menor de edad, ellos pueden decir que no y comentarle a sus padres”.

Poca prevención en el hogar y en aulas

Como consecuencia de ese panorama minado de tabúes, a los adolescentes les llega muy poca información sobre el mundo de la sexualidad, un aspecto fundamental de la condición humana. Juliana*, estudiante de 2do año, asegura que la única enseñanza que ha recibido en un aula ha sido sobre la importancia de los preservativos. “Lo que nos dijeron es que hay condones para los hombres y las mujeres. Eso fue en el 3er lapso del 1er año. De resto no he hablado de esto con más nadie, ni con mis padres”. 

Paula, estudiante de 1er año, también vive una situación parecida a la de Juliana. “En el liceo no tengo la confianza suficiente con mis profesores para hablar de esto. Cuando tengo dudas por algo que haya escuchado empiezo a buscar por internet. Mi mamá me dice que uno debe cuidarse desde temprano, pero tampoco me habla mucho de estos temas”.

En los seis adolescentes entrevistados para este reportaje se repite esa realidad: ni siquiera se sienten cómodos al conversar con sus padres sobre ello, y terminan hablándolo con con sus amigos o consultando sus dudas por internet. 

“A veces, me siento incómodo cuando hablo con mi mamá o papá sobre estos temas. Siento que es algo privado, me da mucha pena. Yo lo hablo más que todo con mis amigos”, agrega Edward, un adolescente de 17 años de edad. 

Para ganarse la confianza de los niños, niñas y adolescentes, y así poder hablarles de prevención del abuso y de la sexualidad, el psicólogo Félix Torres recomienda a los representantes permitir que sus hijos se expresen libremente, sin juzgarlos. “Así se podrá vencer la pena y el miedo”.   El especialista enfatiza que es importante que desde el hogar comience la educación sexual y preventiva, además de complementar esta información en las escuelas, para que los niños y adolescentes no se conviertan en víctimas ante estos posibles escenarios.

Los nombres de algunos padres, docentes y alumnos fueron cambiados u omitidos para proteger su identidad.