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La Guaira

Sin una formación masificada

Por Gabriel Hernández

María* iba por 3er año en el liceo, pero dejó de ir hace poco cuando supo que estaba embarazada: ahora tiene 15 años de edad y 6 meses de gestación . “Antes de quedar en estado no sabía cómo se hacían los niños”, dice.  Ella vive en el sector La Macanilla, un pequeño poblado rural de la parroquia Carayaca, estado La Guaira. Allí, en esa zona intrincada, alejada de los principales centros urbanos y de las playas del litoral central, fue abusada sexualmente por un primo 20 años mayor, que al enterarse de que sería padre, huyó del país.

“De saber que lo que me estaban haciendo no era lo correcto, lo hubiese comunicado a tiempo, y quizás hoy no estaría embarazada. Ni en el colegio ni en mi familia jamás me hablaron de los riesgos de tener sexo ni qué era abuso. ¿Cómo iba a cuidarme?”

La situación, para la adolescente, era confusa: “De saber que lo que me estaban haciendo no era lo correcto, lo hubiese comunicado a tiempo, y quizás hoy no estaría embarazada. Ni en el colegio ni en mi familia jamás me hablaron de los riesgos de tener sexo ni qué era abuso. ¿Cómo iba a cuidarme?”. 

Poco alcance

El Programa de Educación Integral de la Sexualidad (EIS), emanado por el Ministerio de Educación con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), está destinado tanto a docentes como a estudiantes. Su diseño curricular está  contemplado para todas las áreas, en todos los niveles y modalidades de educación básica. De acuerdo con las orientaciones pedagógicas de ese programa, la educación en materia de prevención de abuso sexual debe comenzar en 1er grado, pero en la práctica no se cumple. 

El EIS se comenzó a implementar en el año 2022. Sin embargo, fue rechazado por sectores religiosos y diferentes asociaciones de padres y representantes en todo el país. “En dos oportunidades protestaron en las adyacencias de la Zona Educativa, ya que temían que sus hijos fuesen adoctrinados con contenidos relacionados con la identidad de género y la orientación sexual. En ese sentido, se nos dificultó comenzar de inmediato con el programa”, asegura Carmen Romero, coordinadora regional de Educación Sexual. 

Según Daniel González, autoridad única de Educación de La Guaira, el programa se comenzó a implementar este año: de los 84 mil 943 niños, niñas y adolescentes escolarizados en La Guaira durante el período escolar 2023-2024, sólo 242 fueron formados bajo los lineamientos académicos del EIS; es decir, 0,28 % de la matrícula regional. Y es así, sostiene, porque solo se ha impartido el programa a partir de 4to grado. 

Por su parte, González afirma que de los 6 mil educadores que hay en la entidad, sólo 267 recibieron la formación en ese período escolar, lo que equivale al 4,11 %. Quiere decir que son pocos quienes manejan contenidos sobre la prevención del abuso sexual. La conclusión es que el alcance del programa es limitado: sólo 101 instituciones educativas de las 315 que hay en La Guaira cuentan con docentes capacitados por el EIS.

“Se espera que los docentes y estudiantes seleccionados para la formación se conviertan en monitores de sus colegas y compañeros de clase, respectivamente”, afirma Carmen Romero, coordinadora regional de Educación Sexual.

Resistencia

Al margen de la efectividad del programa, consultas realizadas para este trabajo hacen evidente que puertas adentro —en los planteles y las casas— hay resistencia ante la educación sexual.

“Mi mayor miedo es que comiencen a sexualizar a mi hija desde muy temprana edad.”

“Mi mayor miedo es que comiencen a sexualizar a mi hija desde muy temprana edad. Es necesario que haya respeto de los docentes hacia los y las estudiantes y los padres, y no traten de abordar temas innecesarios. De igual forma, los muchachos van a ir aprendiendo en el camino. En definitiva, prefiero que la educación en materia de sexualidad sea lo más básica posible”, cuenta la madre de una adolescente de 15 años.

Su hija, así como los compañeros de estudios de ella, han recibido unas pocas clases en temas relacionados con el aparato reproductor femenino y masculino, infecciones de trasmisión sexual (ITS), métodos anticonceptivos y el embarazo precoz, pero ninguna en prevención del abuso sexual. 

Las orientaciones pedagógicas del EIS dicen que la adolescente, que ya cursó 3er año, debía haber estudiado contenidos sobre: “violencia en el noviazgo, intrafamiliar y de género. Abuso sexual, maltrato, (suicidio, femicidio y otras). Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y VIH\SIDA. Acoso familiar, estudiantil y sexual. Violencia homolesbotransfóbica. Pornografía y trata de personas. Factores de protección. Métodos anticonceptivos…”. Pero no ha sido así. 

González asegura que han estado sensibilizando a los padres. “Muchos tienen tabúes, ya que para algunos es un tema sensible de abordar, y esto viene desde la postura que tengan. Hasta ahora, no hemos recibido ninguna denuncia por la manera en la que los docentes han impartido los contenidos en el aula”. 

Una docente de educación primaria que ejerce en el eje oeste de la entidad comenta que la directora del plantel no permite que se traten temas de sexualidad en clase, debido a que los contenidos académicos deben ser aprobados por ella, quien al igual que el resto del personal docente no cuentan con la formación del EIS. 

La educadora enfatiza que la única vez que se abordó el tema de la prevención del abuso sexual cuando una niña que cursaba 4to grado le dijo que estaba siendo abusada en su hogar. En ese momento, decidieron hablar con los padres, quienes realizaron la denuncia.

“Motivado a lo ocurrido, y debido a que la matrícula, en su mayoría, eran niñas, se abordó el tema. Para hacerlo de la mejor manera se solicitó la visita de personal de la Fiscalía quienes educaron a padres y estudiantes sobre la importancia en materia prevención de abuso sexual infantil. Sin embargo, no se ha vuelto a hacer. Considero que es necesario, pero quien debe aprobar estas iniciativas es la directora”.

“Se me acercó un estudiante de 8vo grado para pedirme ayuda porque una amiga suya estaba siendo abusada por el padrastro. Le dije que no podía ayudarlo, ya que no soy policía ni personal de la Fiscalía”

Una educadora de otro colegio cuenta que vivió un episodio similar, ante el cual no supo cómo reaccionar: “Se me acercó un estudiante de 8vo grado para pedirme ayuda porque una amiga suya estaba siendo abusada por el padrastro. Le dije que no podía ayudarlo, ya que no soy policía ni personal de la Fiscalía”. La docente, con más de 20 años de ejercicio profesional, considera que esos asuntos deben limitarse a la familia porque, insiste, muchos de sus colegas, al igual que ella, no cuentan con las herramientas para abordarlos en el aula.

Durante el año escolar 2023-2024, trabajó el acoso sexual de manera “superficial”: les pidió a sus estudiantes un ensayo en el que debían reflexionar al respecto. Dice que los estudiantes se llevaron a casa.

“No es mi área y temo me vaya a perjudicar si digo o doy alguna información incorrecta. En ese sentido, prefiero limitarme y que sean los propios padres quienes hablen con sus hijos”.

* Nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente